Tú eras otoño
y yo necesitaba primavera y brotes verdes.
Noviembre en cada poro.
Eso eras.
Frío que se colaba en los tendones,
viento en mi madriguera.
Tú eras otoño
y no te dabas cuenta.
Eras lluvia en mi vientre.
Eso eras.
Tristeza y tiempo recio,
tardes cortas.
Tarea en la maleta al volver del colegio.
Otoño en tus andares.
Cualquiera diría casi invierno
porque a veces nevabas con tus palabras yermas.
Eso eras.
Otoño y cielo plúmbeo
y yo necesitaba primavera.
Como una hormiga alada
volé de tu hormiguero
para salvar las ansias de tibieza en mi cuerpo.
Fundé mi propio reino.
No quería tu otoño,
esa estación que llevas dibujada en el rostro:
seria y umbría mueca.
Quedaron para otras
sombrero y capa negra,
vitamina d encapsulada,
barro en las botas viejas…
Tú eras otoño
y yo necesitaba primavera.
Un comentario sobre “Cambio de estación”