Año Nuevo

Los parroquianos están disparatados,
dicen, porque empieza un año nuevo.
El zinc de la barra, sigue, sin embargo
igual de pegajoso que en diciembre;
la Lavazza tampoco recuerda a qué sabe
un buen café recién hecho,
y en mi mesa, sentada al frente, la soledad
prosigue impertérrita (y ahí seguirá cuando
yo muera).

El periódico, es cierto, estrena un formato
nuevo, para adaptarse, justifican,
a estos nuevos vientos tan modernos
(pero sigue siendo de papel, como siempre).

Solamente yo me siento diferente.
Las canas comienzan a saludarme en el espejo
alegres por su presencia y yo por verlas a ellas,
como una señal de que empieza algo nuevo,
como una certeza de que nos queda menos tiempo.

Ni día 1, ni año 20

Aprovechando el silencio de año nuevo

me siento a recoger las hojas secas

entresijos de ilusiones y recuerdos,

avances, retrocesos, medias vueltas.

A veces sueño, como todos,

que la vida no cabe en una sola vida

y que el amor

no cabe en un momento.

Todo son conjeturas y paradojas en tropel

La luz de vuestros ojos,

vuestra sonrisa,

no caben en una imagen

ni los encierra un papel.

———–

…Antes del tiempo ya es un tiempo

y fuera del tiempo es un lugar….

….No hay lugar sin tiempo….

¿o era tiempo sin lugar?

Algo sin lugar y tiempo

simplemente no es,

o es siempre y es ubicuo

como cuando nos mirábamos anoche

hace ya más de veinte otoños

y sonreíamos de lado

bajábamos los ojos

y nos dábamos la mano.

—————

El viento anda escondido

al fondo de algún valle

entre el marrón y el violeta.

La luz de la tarde a mediodía

suena al metal de las trompetas

a bombo y platillo por las calles.

Un silencio serena las montañas

que abrazan el paisaje.

Vamos, sal

que ya se han ido todos.

Ya no queda nadie.

JDL

TIERRA (segundo premio en el concurso para empleados del Cabildo Insular de Tenerife 2018)

Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Echada entre dos mareas

se arrulla su soledad:

una orilla de sal y roca,

otra de alisio y pinar.

Respira un aliento azul

sobre la arena brillante,

la luz abierta se pierde

en horizontes de mar.

Momentos en la memoria,

de la marea que borra

las huellas sobre la arena;

y de los callaos que murmuran

cuando la ola se va.

Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Agua que exhala el viento

viento que moja la tierra

tierra que nutre la vida

que camina, trabaja y sueña.

Olas de viento susurran

sobre las vencidas ramas;

las nubes arropan los montes

en movimiento infinito

de laurisilvas mojadas.

Caminos entre los riscos

que se abren al sur y al norte,

cada ladera su pueblo

cada pueblo su nombre.

Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Los valles se dejan dormir

sobre el azul sin fronteras.

amontonadas nubes sin fin

sin inviernos ni primaveras.

En los muros empedrados

y en el barro entre las tejas,

los verodes taciturnos

lloran la lluvia que deja

una mañana nueva

oscura de musgos y nieblas.

Sombra blanca que cala

como un espectro de agua

por los barrancos del alma.

Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Monstruos de lava atrapados

en desiertos de picón y arena

rajado calor rojo y negro;

frío de millones de estrellas.

 

Hacia los picos más altos,

al borde del camino seco

que se pierde y que se encuentra

por gargantas de barranco

entre las lenguas de piedra;

todo se detiene absorto

en un lagarto somnoliento

inmóvil sobre la tierra

como si fuera su dueño.

Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Heladas de luz se yerguen

sus cimas sobre los vientos

meditando su inmensidad:

el sol sobre la mirada,

su mirada sobre el mar.

Tierra viva y encendida

mar y fuego, negro y mar

abrigando nuestros siglos

a latidos de volcán.

JDL

Amanece

Un círculo dentado entre pirámides nevadas
dibuja geometría sobre el plano infinito
sembrado de variopintos poliedros.
En lo alto, un cine clásico de tirabuzones
que, poco a poco, da paso a un technicolor
aún secundado por algunos asteriscos.
Y una esfera a medio diluir,
que hace mutis por el foro,
sorprendida por la revelación
de la, hasta entonces, desconocida dimensión
que por la noche no es más que una
inabarcable cuadrícula de luciérnagas.