Las noches impregnadas de jazmín
se derraman acaloradas sobre los muros blancos.
Los cabellos adornados de florecillas
se contonean entre las sombras y las farolas
abrazadas a las esquinas.
¿De dónde vienes? ¿Por qué te pierdes
por laberintos de taconeo
sobre el empedrado de las noches largas?
Tus pasos abren las calles de azul y cal
entre azucaques misteriosos de piedra y sueño, naranjo y pozo
que esconden la complicidad de tus manos y el frescor
de tus ojos grandes.
Y tu sonrisa me canta
sobre el aleteo de los abanicos
Que vaya, que vaya
hasta la Mezquita por la calleja;
Que venga, que venga
de la judería por la luna vieja;
Que vuelva, que baile
que cada vez es nueva.
Me canta que vaya, que venga, que vuelva
que la noche es larga
pero ella me lleva.
Jorge Díaz de Losada