Rorcual

Respiramos el mismo aire
Desde dimensiones diferentes
Separados por una fina lámina
Que transitamos por instinto
Casi a la deriva.

Unidos por azar en una exhalación
Unos segundos
Sentimos nuestra presencia
Nos unimos, solos en el vacío.

En tu movimiento incesante
Hacia el azul profundo
Desaparece en los abismos desconocidos
Tu respiración prehistórica,
Mirada de millones de años
Que se pierde sin temor en la oscuridad.
Una vida sumergida en otro tiempo
Otro sueño, otro ahora
Difuminada en la inmensidad
Con una lenta pincelada de su cola.

Te vas y quedo abandonado
En mi aliento corto,
En un cuerpo precario, minúsculo y desnudo
Errante en las mareas
Con tu presencia anclada en mis arenas

Sin saber ya adónde mirar.

JDL

Mar y fuego (2018)

Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.


Echada entre dos mareas

se arrulla su soledad:

una orilla de sal y roca,

otra de alisio y pinar.


Respira un aliento azul

sobre la arena brillante,

la luz abierta se pierde

en horizontes de mar.

Momentos en la memoria,

de la marea que borra

las huellas sobre la arena;

y de los callaos que murmuran

cuando la ola se va.


Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.


Agua que exhala el viento

viento que moja la tierra

tierra que nutre la vida

que camina, trabaja y sueña.


Olas de viento susurran

sobre las vencidas ramas;

las nubes arropan los montes

en movimiento infinito

de laurisilvas mojadas.

Caminos entre los riscos

que se abren al sur y al norte,

cada ladera su pueblo

cada pueblo su nombre.


Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Los valles se dejan dormir

sobre el azul sin fronteras.

amontonadas nubes sin fin

sin inviernos ni primaveras.


En los muros empedrados

y en el barro entre las tejas,

los verodes taciturnos

lloran la lluvia que deja

una mañana nueva

oscura de musgos y nieblas.

Sombra blanca que cala

como un espectro de agua

por los barrancos del alma.


Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.

Monstruos de lava atrapados

en desiertos de picón y arena

rajado calor rojo y negro;

frío de millones de estrellas.


Hacia los picos más altos,

al borde del camino seco

que se pierde y que se encuentra

por gargantas de barranco

entre las lenguas de piedra;

todo se detiene absorto

en un lagarto somnoliento

inmóvil sobre la tierra

como si fuera su dueño.


Mar y fuego, negro y mar.

Mar oscuro, negra arena

mi tierra no es sólo tierra,

mi tierra es arena y mar.


Heladas de luz se yerguen

sus cimas sobre los vientos

meditando su inmensidad:

el sol sobre la mirada,

su mirada sobre el mar.

Tierra viva y encendida

mar y fuego, negro y mar

abrigando nuestros siglos

a latidos de volcán.

JDL

Versos sencillos

Versos sencillos que algo te muevan,

que algo te arañen

sin ser espuelas.

Versos ligeros que traigan vida:

agua brillante del Garoé.

Que traigan risas, que traigan calma,

nunca calima,

nunca desgana.

Versos que alivien tus madrugadas.

Versos-cruasán con mermelada.

Versos amables, versos sinceros.

No aspiro a más esta mañana

que darte un beso lleno de versos.

O quizá sí: versarte entero cada resquicio con mis palabras.

Por Noemi Martín

¡Quién lo diría!

“Febrero no tiene veintiocho días”

tiene veintiocho letras.

Una más que el alfabeto

aunque solo se usan catorce para escribirlo,

la mitad de veintiocho.

Pero febrero no es un mes

ni es todos sus días.

Es un capricho de los números,

y de las letras;

un ave migratoria cruzando el mundo;

un impasse entre estaciones.

Un atajo a los recuerdos y los ecos

de otras voces.

La intranquila sensación de soledad

de un museo cerrado

por la noche.

Lo que estuvimos a punto de vivir

pero se quedó en obra de arte

congelado en un febrero.

El resultado de una cábala

absurda e imposible

como todo.

Siempre llevo un febrero en la mochila

por si me hace mucho sol

por si todo va muy deprisa

por si mis ojos no brillan.

Y sin embargo su olor, siempre me coge por sorpresa

y revela con una sonrisa aquellas fotografías

que tomamos sin  saberlo en blanco y sepia.

Y sin embargo, es febrero.

¡Quién lo diría!

Es febrero otra vez y te echo de menos

otra vez,

todos y cada uno

de sus veintinueve días.

JDL

Requiem

RÉQUIEM*

A José Hierro, que me es tan querido,
pidiéndole disculpas por adelantado.

Jorge Trujillo, natural de
Canarias, fallecerá un día (o noche)
de algún año, a consecuencia
de su mala suerte. Su cadáver
será el muerto más vivo
durante instantes de segundo.
Se dirá una misa cantada
por deferencia a algunos familiares. Sigue leyendo «Requiem»

Año Nuevo

Los parroquianos están disparatados,
dicen, porque empieza un año nuevo.
El zinc de la barra, sigue, sin embargo
igual de pegajoso que en diciembre;
la Lavazza tampoco recuerda a qué sabe
un buen café recién hecho,
y en mi mesa, sentada al frente, la soledad
prosigue impertérrita (y ahí seguirá cuando
yo muera).

El periódico, es cierto, estrena un formato
nuevo, para adaptarse, justifican,
a estos nuevos vientos tan modernos
(pero sigue siendo de papel, como siempre).

Solamente yo me siento diferente.
Las canas comienzan a saludarme en el espejo
alegres por su presencia y yo por verlas a ellas,
como una señal de que empieza algo nuevo,
como una certeza de que nos queda menos tiempo.

Ni día 1, ni año 20

Aprovechando el silencio de año nuevo

me siento a recoger las hojas secas

entresijos de ilusiones y recuerdos,

avances, retrocesos, medias vueltas.

A veces sueño, como todos,

que la vida no cabe en una sola vida

y que el amor

no cabe en un momento.

Todo son conjeturas y paradojas en tropel

La luz de vuestros ojos,

vuestra sonrisa,

no caben en una imagen

ni los encierra un papel.

———–

…Antes del tiempo ya es un tiempo

y fuera del tiempo es un lugar….

….No hay lugar sin tiempo….

¿o era tiempo sin lugar?

Algo sin lugar y tiempo

simplemente no es,

o es siempre y es ubicuo

como cuando nos mirábamos anoche

hace ya más de veinte otoños

y sonreíamos de lado

bajábamos los ojos

y nos dábamos la mano.

—————

El viento anda escondido

al fondo de algún valle

entre el marrón y el violeta.

La luz de la tarde a mediodía

suena al metal de las trompetas

a bombo y platillo por las calles.

Un silencio serena las montañas

que abrazan el paisaje.

Vamos, sal

que ya se han ido todos.

Ya no queda nadie.

JDL

Cambio de puesto

Me gustaría llegar a la oficina

y que me dijeran:

la hemos cambiado de puesto.

A partir de ahora es usted poeta.

 

Poetícelo todo: informes, facturas, abonos.

Poetice las llamadas y los contratos.

Las reuniones, los papeles y el café cargado.

 

Me gustaría llegar a la oficina

y que las golondrinas entraran por la ventana.

Y pintar las paredes de rosa fluorescente,

poniendo  jazz de fondo.

Y cantar en voz alta.

Aunque eso no sea demasiado poético…

 

Me gustaría poetizar los problemas.

Y también los agobios.

Con esa ilusión me he levantado.

Lo sé, suena ingenuo.

Ya te contaré esta noche

cuando vuelva del trabajo.

Elegía Sin Olvido

Qué te voy a contar a ti de ríos que desembocan,
barcas, barqueros, óbolos y estigias,
luces que nos ciegan, túneles que no llegan,
niños que ya no lloran o soñadores que no regresan.

Qué te voy a contar a ti de Mozart y su requiem,
de las misas de difuntos, veladoras que se apagan,
el polvo en la butaca, el silencio en el salón,
el vino con su corcho y el correo en el buzón.
Qué te voy a contar a ti que tanto fuiste y ya no eres,
que eres llama que se eleva y lluvia y niebla.

Porque en tu ausencia reina el frío.

Mañana invernal, Sol que no calienta,
Recuerdos de la infancia: un valle y plataneras.
Feligreses en rebaño que siguen a su Pastor,
la mirada levantada ante la palabra prometida
y la sorpresa y la rabia ante la mentira descubierta,
que no hay juez alguno ni juicio ni premio ni condena.
Solo vacío.

Porque en tu ausencia queda un vacío.

Queda un vacío y quedamos nosotros:
los compungidos, los desamparados
que llenamos la memoria con el sonido de tu risa
y rebosamos nuestras copas con tu sangre que es el vino.

Y con las páginas de los álbumes pasarán las estaciones.
Y las lágrimas sobre tu imagen se secarán como la vida.
Y cubriremos el dolor con sábanas y cortinas.
Y apartaremos nuestras penas en una esquina
hasta que el último de nosotros se rodee de cipreses.
Solo entonces terminará nuestra vigilia.

Porque en tu ausencia no hay olvido.